La gripe aviar sigue pasando factura silenciosamente. Primero, el virus afectó a las aves silvestres, pero desde entonces ha mutado, propagándose a los mamíferos y generando preocupaciones sobre una posible transmisión a los humanos, tanto en Europa como en todo el mundo, donde el seguimiento de los casos no ha sido oportuno.

Lo preocupante es lo que está sucediendo especialmente entre los mamíferos marinos, que están en mayor contacto con las aves migratorias portadoras del virus. Te lo contamos aquí Descubrimiento de cientos de ejemplares muertos en la isla Tyuleniy, en el mar de Okhotsk, también conocida como isla Foca. Ahora se ha confirmado que otros 50 lobos marinos han muerto en Argentina debido a la gripe aviar y, ante el gran temor a las zoonosis, las autoridades locales han pedido al público y a los turistas que “eviten las playas donde se han reportado casos”.

Hasta el momento se desconoce el número exacto de ejemplares que murieron. La situación más grave parece haberse dado en Chile donde, según datos oficiales, entre febrero y el 28 de julio fueron asesinados 18.882 ejemplares, entre ellos 16.310 lobos marinos, 2.493 pingüinos de Humboldt, 34 nutrias, 27 delfines, 17 delfines chilenos y un castor austral. El virus ha devastado las poblaciones de aves en toda América del Sur y, con costas de miles de kilómetros de largo, es imposible monitorear todos los cadáveres de aves que llegan a las playas y, lo que es más importante, solo se realizan pruebas aleatorias. Funcionarios de la Autoridad Ambiental de la Patagonia también están realizando pruebas y confirmaron la presencia de “síntomas similares a los de la gripe aviar”.

Por el número de animales sacrificados, queda claro que la nueva variante H5N1, altamente patógena, se ha convertido en una epidemia, incluso en una pandemia.

Sólo en Argentina, más de un centenar de mamíferos fueron encontrados muertos en las provincias de Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Buenos Aires en las últimas semanas. La primera alerta se emitió a principios de agosto en la zona de Río Grande, en Tierra del Fuego, sur de Argentina, donde 21 lobos marinos fueron encontrados muertos no muy lejos unos de otros. “El número de muertos está aumentando y no existe tratamiento veterinario para estos casos”, y la mayor preocupación es el hecho de que “este virus mutado puede transmitirse a los humanos muy fácilmente”.

“Algunos mamíferos pueden actuar como un recipiente para mezclar los virus de la influenza, lo que lleva a la aparición de nuevas variantes que pueden ser más peligrosas para los animales y los humanos”, dijo la OMS en un comunicado. La EFSA recomienda mantener “los perros con correa y los gatos en el interior” en todas las zonas donde se produzcan brotes.