Giorgia Meloni ha demostrado que una mujer puede lograr sus objetivos

Desde temprana edad tuve un fuerte interés por la política. Curiosamente, esto no implica que tenga una admiración genuina por ningún líder, hombre o mujer, argentino o internacional.

Durante mi adolescencia, mientras la izquierda avanzaba hacia la destrucción de mi país y una agenda “progresista” envenenaba a la sociedad, me di cuenta de lo difícil que era ser una mujer conservadora, que defendía los valores y las tradiciones. Peleaba casi a diario con mis compañeros y profesores, me sentía incomprendido y muchas veces marginado, únicamente por mis ideas.

Por otro lado, con los crecientes problemas económicos en Argentina, he perdido por completo la esperanza de un futuro próspero en casa. Por eso decidí estudiar ingeniería, carrera que me permitiría trabajar en el extranjero si fuera necesario.

Aunque la ideología de izquierda no prevalece tanto en las facultades de ciencia y tecnología como en las de humanidades, noté que las ideas de derecha no eran tan bien recibidas.

En 2017, por primera vez, escuché hablar de “Giorgia Meloni” y, desde su primera entrevista televisiva, me impresionó mucho, dada también mi condición ítalo-argentina.

Ver a una mujer conservadora, con unos conceptos tan claros y una personalidad tan decidida, me impactó mucho y, a partir de ahí, empecé a seguir mucho sus looks. Cuanto más lo escuchaba, más representado me sentía.

De su boca puedo escuchar prácticamente todos los argumentos que puedo entablar y que puedo esperar de un líder, especialmente sobre el rumbo que realmente debe tomar un país, tanto cultural como políticamente. Proporcionó una voz, y una tremenda voz, para mis ideas y aspiraciones. En resumen, por primera vez en mi vida, encontré el modelo de persona que siempre había estado buscando.

Además, recorriendo su historia de vida, quedé muy sorprendida por todos los éxitos y muchas conquistas que tuvo desde el inicio de su actividad política, sobre todo sin necesidad de utilizar la “cuota de mujeres” o incluso otros “atajos”. Solo desplegó habilidad, tenacidad, constancia y astucia. Demostró que una mujer puede alcanzar sus metas sin tener que renunciar a su feminidad o maternidad.

No represento un movimiento que intente convencer a las mujeres de que su condición es una “debilidad” y, sobre esta base, las aliente a cultivar el odio y el odio contra la sociedad, especialmente hacia el componente masculino.

Una política que privilegia a waria oa la comunidad LGBT y permite que hombres “trans” compitan en deportes contra mujeres no defiende lo que creo que es mi derecho. No me siento protegida por una política de que las mujeres deban dejar de ser madres si quieren tener una vida profesional exitosa. Tampoco lo es de un sistema que alienta a las mujeres embarazadas con problemas económicos a someterse a la traumática práctica del aborto, mientras promueve privilegios para las parejas homosexuales e incluso les permite tener hijos, mediante la vergonzosa práctica de la maternidad subrogada.

Me siento representado por el lema “Dios, Patria y Familia”, por los valores cristianos, por la defensa de las propias raíces culturales y tradiciones. Me siento motivada por el trabajo del gobierno para crear condiciones donde las mujeres puedan mostrar su potencial y ser reconocidas solo a través de la meritocracia.

Sentí una necesidad urgente de difundir su mensaje y comencé a escribir sobre él en varios sitios sociales y de noticias, pero luego pensé que traducir y subtitular sus videos en español podría ser una mejor idea para aprovechar su enorme potencial. que tiene actualmente la red.

El video, que traduje y subtitulé, rápidamente se volvió viral y también me complació mucho ver cómo varios canales de televisión argentinos decidieron mostrárselo a sus televidentes. Lo que prueba (y prueba) que su mensaje no solo me afecta a mí: hay muchas otras personas de habla hispana que también lo aprecian.

Gracias a él, incluso algunos de los habitantes del “fin del mundo”, para usar las palabras del Papa Francisco, han encontrado a alguien que los representa, en palabra y obra. Que, al final, es la mejor definición que puedo encontrar para la palabra “modelo”.

En este sentido, me tomo la libertad de sugerir que no se debe subestimar el potencial de los italianos y los extranjeros por igual. Estoy seguro de que, lo antes posible, también encontrará tiempo para cuidar de nosotros, que somos un recurso importante para Italia.

Si usted, presidente, no es un modelo inspirador para las mujeres conservadoras que quieren crecer con sus convicciones intactas, ¿quién más puede hacerlo?

Gracias por existir y nunca rendirse.

Con gran admiración,

Candela Sol Silva

Gregorio Estremera

"Pionero de Internet. Alborotador. Apasionado amante del alcohol. Defensor de la cerveza. Zombie ninja".

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *