En Argentina continúa la lucha contra la explotación del litio.

Provincia de Jujuy (Argentina), correspondencia personal.

¡Están abiertos, pasa, date prisa!» Sorprendidas, decenas de personas atormentadas por el calor abrasador al costado de la carretera intercambiaron noticias y se apresuraron a subir a sus automóviles. Para cruzar la presa, ahora o tres horas.

La regla es conocida por casi todos: la carretera principal de la provincia de Jujuy, en el noroeste de Argentina, está bloqueada por indígenas. A la entrada de la turística localidad de Purmamarca, mientras cientos de vehículos cruzaban el tranque en fila india, una decena de manifestantes blandían sus demandas: “ El agua es más valiosa que el litio. “, ” Sí al turismo, no al litio “, ” ¡Pare la reforma! »

Reformas para explotar el “triángulo del litio”

La reforma en cuestión es la Constitución de la provincia de Jujuy aprobada el 20 de junio, cuyo objetivo es incentivar la explotación del litio. Jujuy se encuentra en un tesoro escondido: la región se encuentra en el codiciado “triángulo del litio” junto a Bolivia y Chile. En estos tres países se concentra el 65% de las reservas conocidas del metal, que se extrae de los salares de las tierras altas.

Como elemento esencial de las baterías eléctricas, la demanda de “oro blanco” se está disparando a escala mundial. Tres proyectos están operando en Argentina y aproximadamente otros veinte proyectos están en exploración.

“Toda nuestra cultura la mantenemos aquí”

A la entrada del desierto de sal más grande del país, Salinas Grandes, que se extiende sobre 200 km2 a una altitud de más de 3.400 metros sobre el nivel del mar, los miembros de la comunidad indígena circundante han estado instalando campamentos todos los días desde principios de julio. Esta cuestión es muy importante aquí, porque el salario les permite ganarse la vida con la explotación de la sal local y el turismo. Les preocupa que la minería de litio amenace sus negocios o, peor aún, que la gente sea desplazada. “ Es toda nuestra cultura la que mantenemos aquí.»,resume el mayor del grupo, Francisco, de 52 años, mientras masca hojas de coca para combatir los efectos de la altitud.

Lo más importante es que los pueblos indígenas se preocupan por los recursos hídricos, ya que los métodos de extracción de metales agotan grandes cantidades de oro azul y amenazan con contaminar los suministros de agua dulce. Según distintas estimaciones, para extraer una tonelada de litio se necesitan entre 500.000 y 2 millones de litros de agua. Un proyecto cada vez más difícil de aceptar porque Jujuy es una región árida que registró importantes pérdidas agrícolas debido a la sequía de este año. Además, 400 comunidades indígenas de Jujuy criticaron la falta de consulta, que el gobierno provincial negó a pesar del debate sobre reformas ultrarrápidas, en tres semanas en lugar de los tres meses originalmente previstos.

“Seguiremos hasta que se abandonen las reformas”: continúan las manifestaciones

Alrededor de Francisco, unas diez personas estaban ocupadas deteniendo vehículos para distribuir folletos que describían los objetivos de la lucha. “Queremos demostrar que nos estamos manifestando pacíficamente.“, explicó Jerónimo, con el rostro oculto por gafas de sol y una mascarilla quirúrgica negra. Describió la brutal represión policial de las manifestaciones organizadas a mediados de junio en San Salvador de Jujuy, la capital provincial, y condenadas por muchas ONG.

Todos confirmaron su determinación. “Seguiremos hasta que se abandonen las reformas.»,añadió Eloisa, de 42 años, sentada al pie de la calle. “Este es nuestro derecho, nuestra tierra. Nuestra presencia es anterior a la formación de la nación argentina y luchamos por la próxima generación»,-añadió, señalando con una mano a los jóvenes sentados a su alrededor..

El problema no se da sólo a nivel provincial. El gobernador de Jujuy que inició las reformas, Gerardo Morales, fue compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta (centroderecha) en las elecciones presidenciales celebradas en octubre. Los manifestantes querían crear conciencia sobre las intenciones del gobernador antes de las elecciones primarias del 13 (1) de agosto. “Tememos que este sea sólo el primer paso y que sea todo el país donde buscará.», continuó Jerónimo.

Sin embargo, las manifestaciones callejeras empezaron a perder fuerza. Aunque a finales de junio se contabilizaron once represas, a principios de agosto sólo había ocho. Esta lucha tomó otra dimensión: cientos de miembros de comunidades indígenas se unieron a la capital, Buenos Aires, para pedir a la Corte Suprema que revocara las reformas. Llegaron simbólicamente el 1 de agosto, ese díaPachamama“Madre Tierra” en la cosmología andina.

Adelmira Dorado

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