NODescubrimos el Sur Profundo cuando aún éramos estudiantes de tesis. Cuando llegamos, recibimos la misma bofetada dura. Nunca olvidaremos la primera sorpresa cuando nos topamos con el iceberg gigante que es la capa de hielo de la Antártida. Un gigante que nos parecía inquebrantable. Hace demasiado frío y está demasiado aislado para verse afectado por el cambio climático.
Sin embargo, ¡estamos oficialmente en el proceso de acabar con este gigante de hielo! El 23 de octubre, un artículo de una revista científica Cambio climático natural Confirmó que el hielo antártico se está derritiendo más rápido de lo esperado. La debilidad está en la Antártida Occidental, en el sector del Mar de Amundsen. La conclusión de este artículo es clara: esta región del Sur profundo desaparecerá en el océano en los próximos siglos, cualquiera que sea la trayectoria de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. La desaparición de esta especie provocaría un aumento del nivel del mar de varios metros en todo el mundo: en Vanuatu, Liberia, los Países Bajos, pero también aquí, en Burdeos o Arles…
“Lo que pase en los polos se quedará en los polos. » Esta pequeña frase es conocida por todos los científicos que trabajan en las regiones polares. Pero hoy en día, la ciencia del clima es clara: desafortunadamente, lo que sucede en los polos no sucede sólo en los polos. Las regiones polares están a la vanguardia del cambio climático, con un calentamiento cuatro veces más rápido en el Ártico y dos veces más rápido en la Antártida que el resto del mundo. Y los problemas que rodean la conservación del Ártico no incluyen sólo la pérdida de ecosistemas en la región.
Eventos extremos
Los polos son el corazón de la máquina climática. Hablar de la criósfera, es decir de todo el hielo de la Tierra, se refiere principalmente a la pérdida de este hielo debido a la influencia del aumento de las temperaturas. El permafrost en el Ártico, que continúa derritiéndose, emite emisiones equivalentes a las emisiones de gases de efecto invernadero de un país como Japón y se espera que emita tantas como las de los países de la Unión Europea si el calentamiento alcanza los 2°C.
Este verano, la extensión del hielo marino antártico mostró un comportamiento inédito y preocupante con una superficie récord de 2,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio, equivalente a la superficie de Argentina. La pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártida se ha cuadriplicado desde la década de 1990 y sigue contribuyendo al aumento del nivel del mar. Los últimos glaciares pirenaicos desaparecerán dentro de diez o veinte años… Y, por último, la pérdida de hielo marino en el Ártico pone en peligro nuestra seguridad alimentaria al favorecer fenómenos extremos.
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