◆ Esta imagen, tomada por el satélite Terra de la NASA, muestra un remolino de fitoplancton frente a la costa de Argentina en el Océano Atlántico Sur. Esta zona que se encuentra en el borde de la plataforma continental es un cruce de corrientes oceánicas. Transporta nutrientes que, especialmente entre primavera y verano, producen floraciones de fitoplancton en tonos de verde y azul.
Casi toda la vida en los océanos depende de pequeños organismos autótrofos conocidos como fitoplancton, que son capaces de producir su propio alimento a través de la fotosíntesis. Estos organismos capturan dióxido de carbono de la atmósfera y liberan oxígeno (aproximadamente la mitad del que hay en la Tierra). Para comprender cuánto fitoplancton hay en los océanos, dato importante para evaluar la salud del planeta, los científicos miden la concentración de clorofila, un compuesto que permite a los pequeños organismos y plantas absorber energía de la luz solar. La clorofila varía según la estación: por lo general, es más abundante en la primavera y principios del verano, cuando grandes cantidades de luz y nutrientes desencadenan la proliferación de fitoplancton.
A lo largo de la costa, el crecimiento del fitoplancton es alimentado por nutrientes de la tierra y del mar profundo. Las flores suelen ser inofensivas. Pero el rápido crecimiento de ciertos tipos de fitoplancton en aguas costeras poco profundas puede conducir al desarrollo de algas dañinas, que son responsables de la mortalidad de los peces y de la producción de toxinas dañinas para la salud humana.
–NASA
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