Malvinas, por siempre en el corazón y las exigencias del pueblo argentino


Den la Constitución, libros de texto, frescos, tatuajes en la piel… Las Islas Malvinas, en pleno conflicto con Gran Bretaña en 1982, rondaron la política y el corazón de la Argentina, ni en tótems ni en cementos de la época tuvieron mantener.

“La restauración del territorio y el ejercicio pleno de la soberanía (…) son fines permanentes e inalienables del pueblo argentino”. La constitución argentina de 1994 es inequívoca sobre lo que representa la cuestión de las islas del Atlántico Sur en la nación sudamericana: política de Estado.

“¡Las Malvinas de Argentina! Los vientos lloran y los mares rugen…” El 2 de abril, como cada año en el día de los “Veteranos y Caídos en las Malvinas”, los escolares cantarán “Marcha de las Malvinas”, el himno oficial de las reivindicaciones de las islas- la isla, que fue trazada en 1941, y que ha dado origen a la “perla perdida del sur” desde la ocupación británica en 1833.

Porque tanto en el tiempo como en el espacio, los 12.000 km2 que sopla el viento a 400 km de la costa de esta Argentina más cercana, está en casi todo el país.

En una curva de una calle en Buenos Aires, donde muchos frescos representan islas, a menudo pintadas con los colores azul y blanco de la bandera nacional, con las palabras “¡Volveremos!” (Regresaremos).

En la señalización vial, independientemente de la provincia, donde no es raro, a lo largo de la distancia a las localidades más cercanas, se encuentra la mención de “Malvinas Argentinas = X km”.

Cientos de calles, estadios de fútbol y hasta el billete nacional de 50 pesos tiene escritas las palabras “Malvinas Argentinas”.

Elefante marino

“Argentina es un país complejo con, políticamente, muchas fracturas. Hay pocos sujetos que salven al colectivo. Pero Malvinas es un salvador colectivo, como la selección de fútbol”, concluye Edgardo Esteban, director del Museo Malvinas de Buenos Aires. “Todos sentimos que tenemos esto”.

La encuesta de 2021, en una amplia muestra de 5.000 personas, muestra que más del 81 % de los argentinos cree que el país debería continuar reclamando la soberanía sobre las islas, y el 10 % que debería detenerse.

De hecho, los sucesivos gobiernos nunca han dejado de hacerlo, incluso con enfoques diferentes. Durante mucho tiempo fue a través de las Naciones Unidas donde, desde 1965, una resolución reconoció la disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido e instó a los dos países a encontrar una solución negociada.

La aventura militar de la dictadura de 1982, en la que murieron 649 argentinos y 255 ciudadanos británicos, se extendió por estos canales diplomáticos multilaterales y alimentó los malentendidos globales sobre el sentimiento argentino.

“Lo que no entienden en Europa es cómo la gente puede entretener a los dictadores” tras la toma de Malvinas, se quejó recientemente el premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel. “Es muy difícil explicar que las Malvinas son un reclamo nacional y no apoyan una dictadura militar”.

En la Plaza de Mayo de Buenos Aires, las famosas “Madres” de los desaparecidos bajo la dictadura, en su ciclo de dolor y rebeldía, portaban en su momento pancartas que decían “Las Malvinas son Argentina, el pueblo perdido también”.

Después de la guerra, la política argentina se “desmalouinizó” temporalmente, destacando la reanudación de las relaciones con Londres en 1989. Entonces el discurso más o menos agudo sobre la soberanía dependía de la presidencia: mucho más bajo el kirchnerismo peronista que bajo los liberales. Mauricio Macri.

En el Museo Malvinas, creado en 2014, pretendemos alimentar la narrativa sobre las islas para las futuras generaciones “porque solo hablamos bien de lo que sabemos”, explica su director Edgardo Esteban. “Pero desde 1982 se habla de que las Malvinas quedaron cautivas después de la guerra. Pero eso es solo un momento, en la larga historia de posesión”, dijo.

Si el museo es ciertamente conflictivo, habla de “unidades geológicas”, “fondos marinos continentales”, de la presencia científica pionera de Argentina, con su primera base en la Antártida desde 1946. E incluso de elefantes marinos rastreados entre las Malvinas y el continente, dos su “hogar”.

30/03/2022 13:52:13 – Buenos Aires (AFP) – © 2022 AFP

Adelmira Dorado

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