La evolución de la guerra en Ucrania llevó al Papa Francisco a cambiar su discurso, clave por clave, e incriminar más explícitamente a Vladimir Putin y Rusia. En una entrevista con el diario italiano Corriere della Seramartes 3 de mayo, dijo enfáticamente el jefe de la Iglesia Católica “listo para ir a Moscú” se reunió con el presidente de Rusia. Informó haberle enviado este deseo a mediados de marzo. “después de veinte días de guerra”. “No hemos recibido respuesta y seguimos insistiendo, aunque me temo que Vladimir Putin no puede y no quiere esta reunión en este momento”., dijo el Papa. Para subrayar la urgencia de la situación, a sus ojos, la conectó, en “brutalidad”que se entiende por genocidio: “Hace veinticinco años, pasamos por lo mismo con Ruanda”ella dice.
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, el Papa ha denunciado repetidamente la intervención armada, instando a los beligerantes a que dejen de luchar. Pero si otros representantes de la Santa Sede designan a Rusia como responsable del conflicto, ella misma recurre a menudo a una formulación más diplomática, destinada a mantener una hipotética capacidad de mediación. Si bien esta vez más explícito en la columna Corriere della Sera, François también ofreció sus servicios a plena luz del día. Afirma que decidió no ir a Kiev ” por ahora “ – suposición de una sola vez ” en la mesa “ – porque definitivamente sería considerado un acto hostil por parte del Kremlin.
“Pesimismo”
“Primero tengo que ir a Moscú, primero tengo que reunirme con Putin (…). Hago lo que puedo. Si Putin abre la puerta…” Al fin y al cabo, él mismo la dejó abierta de par en par, aunque eso significara repetir algunas de las quejas de Moscú sobre las causas de la guerra cuando mencionó “La OTAN está ladrando a la puerta de Rusia”, ¿Quién puede empujar el poder de Rusia? “reaccionar mal y provocar conflicto” – “un ultraje, agregó, que no puedo decir que fue provocada, pero quizás facilitada”.
El Papa argentino, sin embargo, no puede ocultar “pesimismo”. Como había repetido desde el comienzo de su pontificado, la guerra a sus ojos era fruto del comercio de armas, que desembocaba en una carrera armamentista. Durante su mensaje de Pascua se refirió al manifiesto a favor del desarme firmado en 1955 por el filósofo Bertrand Russell (1872-1970) y por Albert Einstein. En un libro en italiano publicado el 14 de abril y titulado Contra la guerra (Contro la guerra, Solferino y la Editorial del Vaticano), reconoció que “Ucrania atacó e invadió”pero añadió un poco más allá de “La guerra no es la solución”.
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