RABAT: Argelia, al igual que sus vecinos orientales y occidentales, es muy vulnerable al cambio climático. La sequía, los incendios forestales y las temperaturas extremas récord de 2022 ponen de relieve los desafíos que enfrenta el país para adaptarse a la nueva situación climática global.
Dos semanas antes de que se celebrara la COP27 en Egipto, Greenpeace hacía sonar la alarma. Basándose en un estudio publicado en septiembre, la ONG advierte que los países de Oriente Medio, incluidos los países del Magreb, se enfrentan a un riesgo muy alto de escasez de alimentos y agua, y por una buena razón: un aumento de la temperatura de 0,4 grados centígrados por década observado desde entonces. 1980 en esta región es casi el doble del promedio mundial.
El origen de este riesgo es mayor que en otras áreas: el fenómeno de la amplificación del calentamiento del desierto, un fenómeno definido por el secado del suelo que inhibe el efecto de enfriamiento natural, creando un circuito de retroalimentación que intensifica más el calor. Esta observación está respaldada por las cifras del Banco Mundial para Argelia. En efecto, entre 1901 y 2021, la temperatura media del país no ha dejado de aumentar: en 1901 fue de 22,84 grados centígrados, en 2021 fue de 23,93 grados centígrados.
El Banco Mundial también notó una disminución de las precipitaciones durante el mismo período y un aumento de las temperaturas extremas, exacerbado por el aumento de la desertificación. En 1901, las precipitaciones alcanzaron los 111 mm, mientras que en 2021 solo se reducirán a la mitad, concretamente 61,9 mm. La última vez que el país registró más de 100 mm de lluvia fue en 2003.
Si bien no ha habido lluvias recientes desde 1975, el Banco Mundial señala que el país está experimentando una frecuencia cada vez mayor de inundaciones que causan daños materiales significativos. Para Argelia, el Banco Mundial pronostica un aumento del 41% en las tormentas extremas para 2050, inundaciones mortales que se producen después de aguaceros repentinos, como el de principios de octubre en el noreste del país que causó 4 muertos.
La sequía que sufre el país desde hace varios años se agudizará en 2022. Al 14 de septiembre, la tasa de llenado promedio de las represas del país era de 34,3%, según la Agencia Nacional de Represas y Trasvase. Una situación que, este verano, llevó a las autoridades a racionar el suministro de agua a la población.
Además, los frecuentes cortes de agua frustran a los residentes y subrayan el acceso desigual al agua potable. Por ejemplo, mientras que en las zonas altas de Argelia y en los barrios de lujo el agua está disponible las veinticuatro horas del día, en los barrios populares y suburbanos el suministro de agua está racionado la mayor parte del día.
La misma observación del lado de la ONU. Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), Argelia ocupa el puesto 18mi lugares de 184 países evaluados por la vulnerabilidad del país a la sequía. Actualmente, 3,7 millones de argelinos son vulnerables a la sequía, según cifras de la oficina.
“El impacto del cambio climático se puede sentir año tras año en la temperatura media estacional, ahora por encima de la media habitual, así como en el nivel de precipitaciones, es decir, precipitaciones que fluctúan”, advirtió en mayo Salah Sahabi Abed, Director de Operaciones. Meteorología y Climatología en la Oficina Nacional de Meteorología (ONM).
Desafíos y ambiciones
En 2022, las olas de calor serán cada vez más frecuentes, incluso durante los meses típicamente más templados. El 23 de octubre, el termómetro registró 34 grados centígrados en Argelia, Orán y Tipaza. Durante el verano de 2022, la ONM registró 22 boletines meteorológicos especiales (BMS) por olas de calor, mientras que en 2021 registró 19.
Como resultado directo de estas temperaturas abrasadoras, el verano pasado, el país volvió a arder. Se han registrado 90 incendios forestales en el noreste del país en 14 departamentos, con un saldo de 43 muertos, más de 200 heridos y la evacuación de más de 1.000 familias. Además, más de 10.000 hectáreas del Parque Nacional El-Kala, clasificado como reserva de la biosfera por la UNESCO, fueron arrasadas por el fuego. En 2021, los incendios forestales han quemado 100.000 hectáreas de matorral y se han cobrado 99 vidas.
A medida que se acerca 2023, Argelia se encuentra en una encrucijada. Las emergencias climáticas ocurren año tras año, y su impacto se hace sentir cada vez más, especialmente en términos de provisión de agua potable para la población. Entre las soluciones que está considerando el gobierno está la construcción de más estaciones de desalinización de agua de mar y más represas.
Actualmente, el país cuenta con 12 plantas desaladoras que cubren el 17% de las necesidades de agua potable del país. El gobierno tiene la intención de aumentar el número a 23 estaciones para satisfacer el 42% de las necesidades nacionales de agua potable para fines de 2024.
Las represas son otra área de acción, mientras que el gobierno planea construir cuatro represas para fines de 2024, que se sumarán a las 81 represas operativas en el país. Además, las autoridades también han relanzado el proyecto de presa verde, que tiene como objetivo frenar el desarrollo del desierto a través de la reforestación de las Tierras Altas que se extienden de este a oeste del país.
Si bien hay muchos desafíos para Argelia en la lucha contra el cambio climático, 2023 podría ser un punto de inflexión en esta batalla. Un punto de inflexión que requiere conciencia colectiva y una adecuada planificación de la adaptación climática por parte de las autoridades estatales.
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