En una audiencia con los miembros del Real Club Celta de Vigo, club de fútbol de la Liga española, el Papa recordó el sentido principal de toda competición: cuando no se trabaja en equipo en el mundo del deporte, todos pierden. Referencia al Santuario de Santiago, símbolo espiritual de Galicia: Sois tierra que no se cierra a los hermanos que vienen como peregrinos
Alessandro De Carolis – Ciudad del Vaticano
Durante cien años -fueron fundados en agosto de 1923- Los Celestes salieron a la cancha con los colores de la Inmaculada Concepción, camiseta celeste y pantalón blanco. Y con su emblema en forma de cruz, es universalmente conocida desde hace siglos como símbolo de los millones de peregrinos que la han tenido como compañera en el Camino de Santiago de Compostela. Y, por tanto, para el conjunto gallego del Celta de Vigo, que milita en la Primera División española, no puede figurar la visita al corazón católico entre los momentos clave del aniversario del centenario.
místico aficionado
Frente a Francesco en la Sala Clementina, directivos, jugadores y familiares que lo escuchaban inicialmente tejieron reflexiones sobre el “significado profundo” del uniforme de la empresa, las marcas de color de la “protección de la Virgen” y el emblema de la cruz de Santa victoria en la batalla de la vida”, colores y símbolos dejados también por “los muchos migrantes que llegaron a la Argentina”, recordó el Papa. término relativo a aspectos que define como “gran laboriosidad” y que además “deben mantener siempre una dimensión amateur”, una forma de recuperar la “historia poética” de la actividad competitiva”.
Cuando el deporte, el tuyo por cierto, pierde esa dimensión amateur, no tiene sentido, se convierte en algo comercial y es simplemente aséptico, sin pasión. Por favor preserva esta mística amateur, nunca pierdas la dimensión amateur.
Por eso, en el deporte y en la vida, lo más importante, dice Francesco, es “darse generosamente”, sin “escatimar esfuerzos y saber sacrificarse por los demás cuando es necesario”, lo que da a la actividad deportiva una gran dimensión y comprensión. subrayó, “otra persona, no un enemigo digno de respeto, es siempre un amigo bienvenido
El espíritu de hospitalidad fraterna
Con anterioridad, Francisco había reafirmado algunos de los valores de sus enseñanzas sobre el deporte, a saber, “La victoria comienza con la humildad, trabajando en equipo sin depender únicamente de las propias fuerzas, entendiendo que la victoria es de todos” porque, subrayó, “cuando estás en el mundo del deporte no trabajas en equipo, todos pierden”. Y no limitar las actividades solo para mantener el tono de la piel, lo que hace que uno se olvide de otros aspectos de la vida, como las raíces.
Las raíces, sin embargo, son importantes, nos dan sentido, las vuestras nos hablan de una tierra que no está cerrada a los hermanos que vienen como peregrinos ya las personas que son capaces de dejarlo todo para lanzarse a las más altas empresas. Un sano espíritu de aventura y un espíritu de fraternidad.
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