Roma, 5 de julio. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha anunciado que Alemania debe apretarse el cinturón para el presupuesto de 2024 tras años de gasto público destinado a contrarrestar las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus y la crisis energética desatada por la guerra en Ucrania. Durante meses ha habido fricciones entre la canciller socialdemócrata y el ministro de Finanzas, Christian Lindner (del FDP), quien ha pedido recortes masivos de gastos. El gobierno ha aprobado ahora la propuesta para el próximo presupuesto.
“Pero ahora también está claro que rediseñaremos un presupuesto que no intentará combatir la crisis con medios adicionales financiados con crédito -explicó Scholz en declaraciones al Bundestag- sino que abordará el futuro de nuestro país de manera muy concreta, lo que hace el gobierno con el presupuesto que presentamos hoy”.
Para Lindner una victoria y un punto de inflexión:
“Con un presupuesto federal que vuelve a frenar la deuda, sin subidas de impuestos e inversiones récord -dijo en rueda de prensa- Alemania es, como dijo el presidente del Bundesbank, el ancla de la estabilidad en la Unión Europea”.
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