Involucrado en la Copa del Mundo para promover los valores y la ética deportiva, entre los protagonistas de la competencia, también se encuentra el Centro Internacional de Seguridad Deportiva (ISS, International Sports Security), con sede en Doha y proyectos activos en todo el mundo. Al frente del Centro Massimiliano Montanari, exfuncionario de Naciones Unidas, que habla del Mundial más “tecnológico” de la historia.
“Esta es una Copa del Mundo que es única en términos de tecnología, innovación y método, en solo unos años – explica Montanari – ha cambiado la cara de un país, tanto en términos de política pública como de internacionalización. Creo que esta Copa del Mundo finalmente ha brindado una oportunidad para formarse una opinión propia, sin intermediarios, sobre el mundo árabe en general. Estos detractores del Mundial hablan de sportwashing, defensores de un gran ejercicio de diplomacia deportiva. Creo que esta es una etapa importante de reforma y apertura en una región de importancia estratégica mundial. Por supuesto que es extraño ver la Copa del Mundo en diciembre. Pero no somos los únicos que habitamos este planeta y merecemos organizar eventos que creen oportunidades para quienes los organizan”.
El Centro Internacional para la Seguridad Deportiva está particularmente involucrado en temas deportivos y sociales y en proyectos emergentes.
“Gracias a diez años de trabajo científico y una estrecha cooperación con instituciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas y la Unión Europea – concluye Montanari – nuestro Centro ha ganado un buen reconocimiento en todo el mundo. Trabajamos en particular para contribuir al desarrollo de políticas internacionales para potenciar el deporte como herramienta de desarrollo y construcción de paz. Ayudamos a redactar la Convención del Consejo de Europa contra el fraude deportivo y el plan de acción de la UNESCO sobre integridad. De la colaboración de nuestra Fundación, con Save the Dream en conjunto con Unicef, han nacido proyectos que están llevando el deporte a los confines del mundo, como en Darfur, Somalia, y próximamente en Libia. Finalmente, con la Unión Europea, hemos impulsado una política de ayuda a los refugiados en los países del Mediterráneo, y desarrollado un sistema internacional de voluntariado en el ámbito de los proyectos deportivos, creando oportunidades y puestos de trabajo”.
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