La Albiceleste pasará la noche en su centro de entrenamiento, cerca del aeropuerto, donde miles de aficionados han acudido a esperarles esperando verles. Luego harán un gran recorrido alrededor del mediodía en el centro de la ciudad, celebrado por grandes multitudes a bordo de los autobuses Imperiales, ya que el martes ha sido declarado feriado público por el gobierno. Leo Messi, capitán y emblema del éxito de Argentina en Qatar, fue el primero en aparecer en lo más alto de la escalera de salida, blandiendo un trofeo de oro de la Copa del Mundo, para ganar la alfombra roja que se desplegó sobre la pista del aeropuerto empresarial de Ezeiza.
El Airbus A330 de Aerolinas Argentinas tiene las palabras “un equipo, un país, un sueño” y en la parte trasera una imagen de Messi o Ángel di María, otro héroe de la final, autor del 2° gol contra Francia. De inmediato, los jugadores abordaron un autobús blanco de dos pisos con 3 estrellas y un “campeón del mundo”, donde serían aclamados por la tarde durante su ronda de honor. “Muchachos” resuena en bucle, una especie de himno extraoficial de la selección cantado en voz alta por la multitud, evocando, además de Messi, recuerdos de Maradona y sus padres Don Diego y Doña Tota, pero también de la Guerra de las Malvinas de 1982 entre Argentina e Inglaterra.
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