Por primera vez en su larga relación con el Fondo Monetario Internacional -veinte años después del histórico default de 2001- se llegó a un acuerdo entre Argentina e instituciones financieras para el refinanciamiento de unos 44.000 millones de dólares de deuda contraída durante la anterior administración de Mauricio Macri. (2015-2019) está siendo debatido en el Congreso.
Este viernes, con 200 votos a favor, 37 en contra y 15 abstenciones, los diputados aprobaron el programa de refinanciamiento que sellaron el 3 de marzo el Gobierno y el FMI sobre la enorme deuda de Buenos Aires con la institución de Washington, herencia de un préstamo de 2018 contraído por la administración anterior. El texto debe ser debatido ahora en el Senado.
Plan económico excluido del texto
Luego de semanas de debate y presentación de sus planes por parte del Ministro de Economía, Martín Guzmán, ante líderes políticos, interlocutores sociales y partes interesadas, el gobierno aún debe aceptar su objetivo original: una votación grupal sobre el plan de refinanciamiento y los pasos que lo acompañan. Sin embargo, se deben tomar medidas antes del 20 de marzo, fecha en la que, de no llegarse a un acuerdo, la Argentina deberá reembolsar más de 4.000 millones de dólares.
El gobierno ha cedido pues al fuego colectivo y es el texto vaciado de sustancia el que acabará por llegar al hemiciclo. Se reduce a tres artículos, sin el anexo propuesto originalmente por el gobierno, que detalla cómo lograr el objetivo de un presupuesto equilibrado.
Porque en este punto se siente la diferencia. Por un lado, la oposición de extrema derecha se niega a apoyar los planes económicos trazados por sus rivales políticos, que atan al país más allá de su actual mandato. Por otro lado, algunos de la mayoría son reacios a apoyar una serie de acciones que implican ajustes que corren el riesgo de impactar a las clases más sencillas y medias.
“El FMI no necesita aprobación legislativa. Fue idea del gobierno argentino. Lo que quiere el FMI es un consenso sobre una política de mediano plazo que pueda continuar más allá de 2023 [fin du mandat de l’actuel gouvernement, NDLR] explica Héctor Torres, exrepresentante de Argentina ante el FMI. “El único consenso al que hemos llegado es que queremos el dinero, pero nadie quiere las condiciones que vienen con el dinero. Incluso si esta condición será leve y razonable. […] Todos confunden las aprobaciones formales con los apoyos tangibles que tienen que recibir los programas para generar confianza”, agregó.
Evita defectos
Sin embargo, la capacidad y voluntad política para implementar las reformas necesarias es una condición necesaria para que el FMI, cuyo directorio ejecutivo también debe aprobar el acuerdo, dé luz verde al financiamiento extraordinario. Pero el FMI sin duda intentará salvarse del nuevo incidente con Argentina. “Si el Consejo de Administración quiere evitar el incumplimiento, hará la vista gorda. Y probablemente lo hará”, dijo el experto.
Luego de que el acuerdo sea aprobado por ambas cámaras, luego por el directorio ejecutivo del FMI, el Ministro de Economía -en la lucha por la reestructuración de la deuda pública y privada de su país desde el inicio de su mandato- podrá continuar las discusiones sobre la reestructuración de los 2 mil millones que el país aún debe al Club de París.
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