Concentradas en la capital, Buenos Aires, las protestas tenían como objetivo presionar al gobierno izquierdista del presidente Alberto Fernández para que hiciera más para impulsar el menguante poder adquisitivo de los trabajadores y abordar el creciente número de personas sin hogar.
“Argentina atraviesa una gran crisis”, dijo Eduardo Belliboni, líder del grupo local de trabajadores Polo Obrero, mientras los manifestantes con banderas cantaban y otros tocaban tambores a lo largo de las carreteras bloqueadas.
“Y tenemos una situación social explosiva”, agregó, y dijo que las cifras oficiales de pobreza subestiman la situación real porque muchas personas que reciben asistencia pública no son consideradas pobres.
Según datos oficiales publicados la madrugada del miércoles, la tasa de pobreza del país sudamericano se redujo a 36,5% en la primera mitad de este año, desde 37,3% en la segunda mitad de 2021.
Los últimos datos marcan una reducción del 9% desde el 40,6% de la tasa de pobreza en el primer semestre del año pasado, según la agencia nacional de estadísticas INDEC.
Argentina, la tercera economía más grande de América Latina con una población de alrededor de 45 millones, se ha visto afectada por una inflación de casi el 100% este año.
Algunos académicos señalan que los pobres del país incluyen no solo a los desempleados, sino también a un número creciente de personas que trabajan en trabajos que pagan impuestos en la economía formal, pero que aún ganan muy poco para escapar de la pobreza.
“Lamentablemente en las últimas décadas el hecho de tener trabajo no garantiza que no seas pobre”, dijo Eduardo Donza, investigador de la Universidad Católica Argentina.
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