La frase se deslizóen mandarín, mientras las delegaciones de los dos países ya están saliendo, luego de una cumbre en Beijing entre el presidente argentino, Alberto Fernández (centro izquierda), y su homólogo chino, Xi Jinping, el 6 de febrero. “Sin el Partido Comunista, no habrá Nueva China” elogio, aplicado, Sabino Vaca Narvaja, el embajador argentino en China, marcó una frase prestada del maoísmo con un gesto del dedo índice. La fórmula apesta: “Buena palabra”, se rió el líder chino. Esta escena, que selló el memorándum de adhesión de Buenos Aires a la iniciativa “nueva ruta de la seda”, un gran proyecto de inversión en infraestructura y tecnología de China en el mundo, también informó a este importante personaje sobre el actual acercamiento entre ambos países. : un embajador apasionado, apasionado por China, hasta el punto de despertar sospechas entre la oposición y algunos sinólogos.
“Los chinos tienen que enamorarse de nosotros, tenemos que ser amigos, y [Sabino Vaca Narvaja] funciona muy bien en esta dirección. Pasa su tiempo viajando por todo el país”. elogió a Ernesto Fernández Taboada, director del Consejo Argentina-China, que ofrece los servicios de una cámara de comercio, mientras que Beijing es ahora el segundo socio de Buenos Aires, después de Brasil. “Muestra tanta empatía por el gobierno chino que puede carecer de objetividad. ¿A quién representa? No es claro”, preguntó un académico especializado en las relaciones entre China y América Latina bajo condición de anonimato.
Sabino Vaca Narvaja, sinólogo de 47 años, no tenía experiencia diplomática cuando ingresó a la embajada estratégica de Argentina en China en mayo de 2020. Primero ocupó el cargo, equivalente al número dos, “representante especial para la promoción del comercio y la inversión en la República Popular.” China”, entonces embajador, en abril de 2021.
Este licenciado en ciencias políticas está cerca del poder de la Argentina. “Tengo una relación directa con Sabino Vaca Narvaja”, convenció el señor Fernández, durante una entrevista con la televisión pública argentina, del 28 de diciembre de 2020, cuando su ascenso ya no era un secreto. La decisión está en la mano “pragmatismo militante”, apoyar al jefe de estado de Argentina. Porque el joven diplomático conoce demasiado bien los misterios del poder peronista: trabajó como asesor de la coalición de izquierda en el Senado, de 2016 a 2019, luego de desempeñarse como director general de relaciones internacionales en la Cámara Alta, cargo que volvería a ocupar antes de su cita en China.
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