Las muertes en serie de ballenas australes en los últimos días en el sur de Argentina, que podrían atribuirse a la proliferación de microalgas, alarmaron a los científicos, que saludaron este año como un récord de presencia de cetáceos desde hace 50 años. Desde los primeros cuerpos encontrados el 24 de septiembre hasta el 2 de octubre, se han registrado al menos 13 ballenas muertas en Bahía Nuevo, cerca de la Península de Valdez (a 1.300 km de Buenos Aires), santuario y criadero donde se encuentra la ballena franca austral (Eubalaena australis). regresa de julio a noviembre, según el Instituto para la Conservación de Ballenas (ICB).
“Ola rosa”
Las autopsias de los cuerpos encontrados, algunos aún en alta mar, y el análisis del agua y las conchas están en curso. “para determinar la posible presencia de biotoxinas asociadas con el crecimiento de algas nocivas, comúnmente conocidas como marea roja”según Agustina Donini, coordinadora del Programa del Papa, fue citado en un comunicado de prensa del ICB el lunes. “Ninguna de las ballenas (muertas) observadas hasta la fecha ha mostrado signos de lesión traumática o atrapamiento. (en una red o valla, nota del editor)y todos están en buenas condiciones nutricionales., señala el ICB. El alto número de ballenas que mueren en poco tiempo en un área muestra que“variable de entorno local” capaz de contribuir, según Marcella Uhart, codirectora del programa.
Eso “Ola rosa” es un fenómeno, en parte estacional, de proliferación de determinadas algas microscópicas, asociado a una combinación de factores como la temperatura del agua, la luminosidad, la acidez o la salinidad. Los pigmentos de microalgas pueden, dependiendo de la cantidad, producir una mancha rojiza en la superficie, de ahí el nombre. El alcalde de Puerto Pirámides, Fabián Gandón, también parece apoyar esta hipótesis, citando “crecimiento inusual” marea roja en las bahías de Nuevo y San José. Se dan recomendaciones a los vecinos de la zona para que no consuman moluscos bivalvos, que están especializados en concentrar toxinas asociadas a microalgas. La toxicidad para los humanos depende del nivel de concentración.
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A pesar de esta serie de muertes de ballenas, el censo anual de fotografías aéreas del ICB ha contado 1.420 ballenas esta temporada (principalmente ballenas francas), incluidas 554 crías, en las aguas de las bahías de Nuevo y San José, a saber. “mayor número de individuos observados en 51 años de estudio”. ICB asegura que todavía hay “más ballenas” en la zona, ya que el objetivo del vuelo anterior no era contarlos sino identificar a cada cetáceo, lo que fue posible gracias a los callos en la cabeza de la ballena franca, que son únicos para cada animal. El ICB tiene así una lista de 4000 especímenes. Hasta la fecha, el ICB no tiene una explicación definitiva para el regreso de este número de ballenas a Valdez, que ha estado a la vista durante unos dos años. También advirtió que el número actual de ballenas muertas está muy por debajo de las 45 registradas en 2021.
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