Uno de los torturadores más simbólicos de la dictadura argentina (1976-1983), exjefe de policía, fue condenado el viernes 13 de mayo a cadena perpetua por novena vez por varios crímenes de lesa humanidad. Miguel Etchecolatz, de 93 años, ex subjefe de policía de la provincia de Buenos Aires, fue condenado por un juzgado de La Plata (60 km al sur de Buenos Aires), junto con otro oficial, Julio César Garachico, de 81 años, por secuestro, tortura de siete personas, y asesinato de cuatro de ellas, ocurrido en 1976 en el centro clandestino de detención de La Plata.
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Esta es la novena cadena perpetua impuesta a Miguel Etchecolatz, detenido en Ezeiza, al sur de Buenos Aires, y quien, tras conocerse la sentencia a distancia, fue hospitalizado con fiebre. También estuvo ausente Julio César Garachico, quien se encuentra bajo arresto domiciliario por motivos de salud. Ambos acusados se declararon inocentes en declaraciones recogidas por el tribunal y grabadas en su lugar de detención. Miguel Etchecolatz, en juicios anteriores, había cuestionado la legitimidad del tribunal. Los familiares de la víctima se enfadaron al ver hasta las lágrimas la confirmación del arresto domiciliario de Julio César Garachico “¡Cadena perpetua y efectiva!”hasta que el juez desaloje la sala para poder continuar con el pronunciamiento de la sentencia.
30.000 personas desaparecidas
La sentencia definitiva de Miguel Etchecolatz a cadena perpetua comenzó a finales de 2020, al final de un juicio de dos años con 10 coacusados que han trabajado en 84 casos de secuestro, tortura y asesinato. Entre los testigos clave del juicio se encontraba Julio López, un albañil de 77 años, ex preso que fue torturado durante la dictadura. Julio López había “desaparecido” en 2006, un día camino a la corte. Su desaparición, que había causado una profunda ira, nunca fue explicada. Según organizaciones de derechos humanos, unas 30.000 personas desaparecieron bajo la dictadura.
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Desde que la dictadura reanudó los juicios a mediados de la década de 2000 -tras más de una década de medidas de amnistía y una ley muy controvertida- unas 1.060 personas han sido condenadas por crímenes de lesa humanidad.
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