Ciudad del Vaticano – El Papa Francisco ha estado sufriendo de dolor en la rodilla durante varios meses. Incluso bromeó al respecto. Es la enfermedad de un anciano. Sin embargo, de vez en cuando, se dibujaba en su rostro una mueca de dolor que ni siquiera la infiltración de ácido hialurónico lograba atenuar en lo más mínimo. Un trastorno prolongado relacionado con la edad aún no se ha resuelto y que ahora lo obliga a tomar una decisión que no quiere tomar: renunciar a dos promesas que están muy cerca de su corazón. El primero es la reunión en curso con alcaldes y obispos mediterráneos en Florencia, a la que tiene previsto asistir el domingo, junto con el presidente de la República, Mattarella.
El segundo compromiso que explotó estuvo relacionado con la tradicional procesión en Aventino el Miércoles de Ceniza, 2 de marzo. Por otro lado, todas las demás promesas se mantuvieron en pie que no lo obligaron a subir y bajar escaleras, largas caminatas, horas de pie. Los médicos le aconsejaron tener precaución y limitar, al menos por ahora, las actividades que impliquen un uso prolongado de la rodilla.
Sin embargo, la enfermedad de la rodilla no le impidió acudir esta mañana a la vía della Conciliazione de la sede de la embajada rusa en la Santa Sede para hablar con el embajador Alexander Avdeev y expresarle su dolor por lo ocurrido. En el Vaticano descartaron que hubiera espacio para la mediación aun cuando el agente argentino Télam insinuó que la visita no programada se hizo con la intención de ofrecerse como mediador. Además, ayer el ministro de Asuntos Exteriores, el cardenal Pietro Parolin, había leído una sentida declaración en la que, en un pasaje, afirmaba que a pesar del día oscuro y de los bombardeos todavía hay espacio para un acuerdo diplomático entre Ucrania y Rusia.
Los eventos cancelados en Florencia y Aventino fueron anunciados por la sala de prensa en un breve comunicado. “Debido a un dolor agudo en la rodilla, para el que los médicos han prescrito un mayor período de descanso de las piernas, el Papa Francisco no podrá ir a Florencia el domingo 27 de febrero ni dirigir las celebraciones del Miércoles de Ceniza el 2 de marzo”.
Incluso en una de sus últimas audiencias a un grupo de fieles, el Papa ha pedido comprensión si no soporta recibir saludos. Se disculpó amablemente, permaneció sentado, pero continuó leyendo el discurso en silencio y, más tarde, estrechó manos y saludó a la gente.
La salud de Pope, de 85 años, a pesar de la vejez, sus problemas anteriores en las articulaciones, causados por un dolor persistente de ciática, fueron monitoreados por el equipo de médicos de Gemelli que lo siguió detrás de escena, pero no causó ninguna preocupación particular. El pasado mes de julio el Papa se sometió a una complicada operación de estómago. En el quirófano, los médicos tuvieron que extirpar 30 centímetros de sus intestinos. Entonces el Vaticano excluyó todas las formas de cáncer a pesar de que ni los médicos ni los policlínicos romanos firmaron nunca un boletín de salud y ningún cirujano quiso dar información personalmente a la prensa como ha sucedido en el pasado con otros Papas.
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