La guerra en Ucrania ha generado la mayor salida visible en los últimos treinta años. Unos diez millones de ucranianos han huido de su país, cuatro millones de los cuales se encuentran actualmente en Polonia. Rumania, la República Checa y Hungría comparten la mayoría de los otros refugiados. Lo que surge aquí, como todos los flujos de refugiados alrededor del mundo, es que los países vecinos son los primeros anfitriones. Por el contrario, Europa Occidental se vio ligeramente afectada. Francia, por ejemplo, acogió a 100.000 ucranianos.
Otro hecho bien conocido, Europa está ejerciendo una gran imaginación para ayudar a los ucranianos, mientras que hace poco para ofrecer una bienvenida inmediata a otros flujos de refugiados, como los sirios. Emitió una directiva europea sobre protección temporal que no se había implementado desde la guerra en Kosovo en 2001. Además, las autoridades nacionales y locales de varios países europeos trabajaron juntas para acomodar a Ucrania lo mejor que pudieron. En Francia, el Estado se ha unido a las prefecturas, las autoridades locales y las asociaciones para implementar políticas públicas que hasta hace poco se creían imposibles. Desde la vivienda social hasta los cursos de idiomas, desde la asistencia para la integración profesional hasta las escuelas infantiles, hemos visto la apertura de derechos que a menudo estaban cerrados para los primeros en llegar y los solicitantes de asilo de flujos anteriores. También se han llevado a cabo importantes iniciativas ciudadanas. Muchas personas se han mudado para recibir a las familias ucranianas en sus hogares. Ya sea a nivel europeo, nacional, regional o local, sus declaraciones no tienen precedentes.
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